domingo, 19 de abril de 2009

Aula sin muros o "entre los muros"

Cuando salí de ver la película "Entre los muros", de Laurent Cantet, que muestra sin sentencias moralizantes y aleccionadoras, cuan complejo es el día a día del aula y de la institución educativa, se me cruzaron varias cuestiones.

La película transcurre “entre los muros” de la escuela, no hay casi ningún indicio de salir de ella para encontrar al sujeto social, al chico, al padre, o al profesor que allí se encuentran. En algunos casos se hace alguna referencia tangencial en la sala de profesores: “Si lo echamos de escuela el padre lo enviará a Africa” (concurría a la escuela ubicada en un barrio marginal de París, era de raza negra y origen africano).

François Bégaudeu es docente y escribió el libro que inspiró la película de Cantet, quien toma algunos episodios para armar la historia, protagonizándola el escritor como un profesor de lengua francesa y tutor de un bravo grupo de alumnado multiétnico.

Cada uno de los alumnos quizás los podamos –salvando las distancias- encontrar, en parte, en cada uno de nuestros estudiantes secundarios: el que no lleva los útiles, la que no quiere leer, el aplicado que a pesar de ser chino y de padecer las dificultades idiomáticas se esmera para superarse, el que viene expulsado de otra escuela e intenta integrarse, el árabe, el musulman, el blanco…el que se duerme, los que descolocan con las contestaciones argumentadas. Las chicas que representan al curso en el consejo de disciplina mostrando las contradicciones de la edad, “inconducta en la reunión” y necesidad de informar según las notas tomadas a sus compañeros de clase.
Y los docentes, transitan entre las mismas contradicciones si hago esto entonces….si hago aquello entonces… ¿Apertura?... ¿Hipocresía? Y en general ”el hilo se corta por lo más delgado”.
Más allá de los valores artísticos de la película–que los tiene- el título me lleva a pensar qué lejos estamos en Argentina y quizás en otros países también del "aula sin muros" que imaginó Mc Luhan para todos y no para algunos…No solo porque la tecnología traspasa los límites de la escuela sino porque también la afectividad debería atravesar los muros…para una mejor convivencia.

3 comentarios:

María del Pilar dijo...

Acabo de terminar de ver la película, gracias al quizás "mal" uso que hacemos a veces de la tecnología e internet.
Coincido con que estamos lejos del aula "sin muros", pero creo que, como en la película, es imposible no verla, y es casi imposible ejercer la docencia sin esa apertura necesaria y demandada por la vertiginosa vida actual, real y virtual.
Cuanto más fácil resulta trabajar ignorando lo que pasa fuera de los muros del aula y cuánto más complicado se hace al ignorarlo. Se genera algo así como un círculo vicioso: cuanto más ignoramos, más difícil resulta.
Esa creo que es la razón principal por la que planteamos en nuestro propio proceso de aprendizaje, como alumnas de psicopedagogía y como docentes: la necesidad de incorporar esas cosas que pasan fuera de nuestro ámbito a la educación, dentro de los muros de la escuela.
El uso de la tecnología es una de las cosas que siguen pasando por la vía rápida, mientras la escuela va por colectora.
Y para finalizar quiero expresar mi admiración a quienes se dedican a enseñar y aprender con adolescentes, por que si es como en la película, ¡Felicitaciones!¡Se están ganando el cielo!

Karina dijo...

Miré la película y me invadieron sensaciones: risa, angustia, impotencia, capacidad, rigidez, flexibilidad, contradicción? El filme generó preguntas sin respuesta, hay que seguir buscando…estrategias, la palabra que construye, la mirada que habilita, el vínculo que funde lazos, redes que forman verdaderos trampolines para proyectar, para poder romper muros. No es fácil, es un verdadero desafío, pero debemos trabajar en equipo aportando lo mejor de cada uno para dar respuestas, a pesar de la biografía de cada alumno, a pesar de la realidad cruda pero real que muestra la película como docentes podemos ser la mejor oportunidad o el peor obstáculo. En la película “Escritores de la libertad” que está basada en una historia real, muestra como una profesora a base de tenacidad y buenas ideas, encontró el modo de interesar a los jóvenes en sus clases y hacerlos apreciar la educación, encontró con amor, esperanza y trabajo que sus alumnos tuvieran o creyeran que podían tener otra oportunidad que no sea la conocida hasta ese momento por ellos: pobreza, mala educación, historial criminal, drogadicción, padres en la cárcel, y dependencia de pandilleros, etc. La profesora en esta película abrió una ventana en los muros, el desafío está que cada uno como docentes, en nuestro trabajo diario podamos apartar, romper, agrietar para dar oportunidades, responder a sus intereses, crear y hacer significativa nuestra labor.

Ana María Lamas dijo...

Buscaré la película que indicas y tu comentario es digno de una persona reflexiva y con ganas de luchar por una educación mejor a pesar de las circunstancias adversas